sábado, 12 de noviembre de 2011

Justificación

La industria comercial ha preferido al plástico como material ideal para empacar -por economía y practicidad- los diversos productos que se ofrecen diariamente en el mercado. De esta forma, el planeta se ha convertido en un consumidor compulsivo y desinteresado por la transformación que sufre el medio ambiente al usar botellas, bolsas o artículos “desechables”; todos ellos fabricados con plástico.    

Reducir los efectos ocasionados por los desechos tóxicos de la producción y postconsumo del plástico, es vital para la salud humana y la sostenibilidad del medio ambiente. Las sustancias derivadas del petróleo y de los químicos como: BPA (Bisfenol A), ftalatos o PVC, con los que se fabrican estos envases, causan serios problemas a las personas que utilizan sus productos, pues al ser reutilizados los empaques se pueden desprender los elementos mencionados anteriormente y afectar el organismo. Por ello, el plástico no puede reciclarse y genera un colapso de residuos o contaminación a grandes escalas.   
     
Sin embargo, la solución se encuentra en cambiar hábitos y crear conciencia en los consumidores globales sobre los diferentes ciclos de vida en cada producto. Esto empieza por la extracción de recursos naturales para su producción y termina en algún basural congestionado, sin posibilidades de recuperarlo, ya que según los estudios realizados, el uso de cada bolsa plástica es de 12 minutos.

De tal manera, algunas personas creen que después de usar el plástico; ahí termina el ciclo del producto y se limitan a pensar que ya es basura. No obstante, existen procedimientos o alternativas en otro tipo de envases que pueden ser recuperables y a su vez generosos con el medio ambiente.

Por ello, es necesario conocer, comprender y actuar; frente a este amplio problema. Buscar opciones distintas al consumir un producto envasado en plástico, mantenerse informado de los cambios que realiza la industria y como estos afectan ambientalmente, verificar los componentes de cada uno de los empaques antes de consumirlo, analizar las diferentes alternativas que permiten llevar un modelo de vida más saludable y finalmente; tomar postura frente al tema.

De esta forma, la investigación busca modificar las distintas perspectivas de los usuarios, con el fin de generar cultura ambiental, crear conciencia en los diferentes métodos o hábitos de consumo y disminuir el gasto de plástico para su posterior exterminación, pues la población no ha sido prudente con su uso.

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